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Somos un pueblo que permite tirar energía renovable al vertedero
Si te contara que el Estado y sus instituciones no son eficientes y en este asunto no hay ideología ¿qué pensarías? El mejor ejemplo para explicarlo se está dando en Canarias desde hace algún tiempo y lamentablemente no parece que nadie haga nada.
Europa y España han planificado su futuro y con ello han decidido que la energía renovable se convierta en una de las principales claves para ser más eficientes y competitivos en el futuro próximo. Siendo además un motor económico y de creación de empleo.
Saben que la renovable no es un gasto sino una inversión. Entienden, que además posee una serie de externalidades positivas que claramente la hacen imbatible frente a otras tecnologías convencionales. La reducción de emisiones contaminantes, la soberanía energética, disminución de enfermedades relacionadas con los combustibles fósiles, la mejora de la balanza comercial, etc
No hay discusión. Las empresas que mantenían una posición de dominio en el mundo de la energía, como las petroleras, han tenido que claudicar y con ello, apoyar incorporar a su mix y porfolio soluciones renovables para no quedarse fuera del mercado. Esto ya ha pasado tantas veces en el mundo económico, empresas que tienen una visión equivocada, todos recordamos a la empresa Kodak y su final.
Volvamos a Canarias. Hoy al lado de nuestras casas sin que lo veamos, nos encontramos con que se vierte energía limpia a la basura y se sigue usando fueloil y gasoil para generar electricidad. De media en Canarias y en los seis primeros meses del año 22, las Islas tiraron al vertedero un 3,4% de energía limpia. Y esta cifra irá creciendo en los próximos meses con total seguridad. Ese porcentaje no parece mucho, no solo porque ningún responsable parece reparar en ello, sino porque no llegan las soluciones que todos conocemos y deberían de estar implementándose ya.
Pues lamento decirlo, sí que es mucho. Para que nos hagamos una idea, del total de energía renovable generada en Canarias en el primer semestre del año 22, 1.255 gwh, el 3,4% de vertidos medios nos salen 42,67 gwh y teniendo en cuenta el consumo medio de una familia media en 3,48 kwh, nos saldría que con esa energía se podrían suministrar 12.261 viviendas.
Si además, sabemos que hay una media de 3 personas por vivienda, el dato final es que estamos afectando a 36.783 personas. Esa cantidad de personas suponen que todo el municipio de los Realejos en Tenerife o de Arucas en Las Palmas podrían estar siendo suministrados con la energía renovable que se tira a la basura. Un absoluto despropósito que nadie parece resolver.
Para revertir la situación llevamos años pidiendo que Canarias tenga acceso a lo que se conoce como servicios de ajuste, en península si acceden, regulación de frecuencia, interrumpibles, etc… Servicios que tienen una retribución. Todos sabemos que solo comprando energía en valle para venderla en punta no podremos amortizar las instalaciones y por ello no vemos nuevos proyectos.
Esperar por otras soluciones, como el bombeo, no puede retrasar la llegada de la batería química.
Es muy sencillo, Madrid tiene que aprobar la regulación indispensable para el almacenamiento con batería química sea una realidad en Canarias. De esta manera, acabaríamos con el despropósito de tirar energía renovable al vertedero.