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La biodiversidad: el aliado invisible de las empresas (y por qué en Canarias importa aún más)
La biodiversidad no es solo una cuestión ambiental: es una cuestión empresarial. En un planeta que se enfrenta a una acelerada pérdida de especies y ecosistemas, entender la biodiversidad como un activo clave se ha vuelto esencial para la sostenibilidad y competitividad de cualquier empresa, desde una multinacional hasta una PYME.
¿Pero qué es la biodiversidad? La biodiversidad es la variedad de vida en la Tierra, desde genes y especies hasta ecosistemas completos. Incluye la riqueza de especies animales, vegetales, hongos y microorganismos, y las relaciones ecológicas que sostienen la vida.
En Canarias, esta riqueza es extraordinaria: contamos con más de 4.600 especies endémicas (que no existen en ninguna otra parte del planeta), y más del 40 % del territorio está protegido por su valor natural. Esta singularidad nos sitúa entre los territorios con mayor biodiversidad por kilómetro cuadrado de Europa.
¿Por qué es importante? La biodiversidad es la infraestructura viva que sustenta la vida humana: garantiza la provisión de alimentos y agua potable, regula el clima y los desastres naturales, mantiene la fertilidad del suelo y la polinización, y suministra compuestos clave para la medicina, por ejemplo; además, los espacios naturales saludables mejoran la salud mental y refuerzan nuestro sistema inmunológico.
Sin embargo, a escala global, está desapareciendo a un ritmo sin precedentes. Más de un millón de especies están en peligro de extinción, según la IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos), debido a la fragmentación y destrucción de hábitats, la contaminación, el calentamiento global, el cambio climático, las especies invasoras y la sobreexplotación de recursos. Por si fuera poco, la brecha de financiación global (solo 383 M USD de los 20000 M USD necesarios) pone en riesgo los objetivos de protección de la ONU del 30 % de la tierra y el mar para 2030, comprometiendo nuestra seguridad alimentaria, sanitaria y económica.
Canarias no es ajena a esta situación: pese a la protección legal de especies y hábitats (ya he comentado que más del 40% del Archipiélago presenta algún nivel de protección, el porcentaje más alto de España), la presión humana, el turismo intensivo y el cambio climático están poniendo en jaque nuestras especies y ecosistemas insulares, altamente frágiles.
Proteger, conservar y restaurar la biodiversidad no es un lujo, sino una urgencia vital para asegurar nuestra salud, resiliencia y prosperidad. Y las empresas tienen mucho que decir al respecto.
Esfuerzos institucionales en Canarias
Pero, aunque en este artículo me voy a centrar en las empresas, como es obvio, quiero nombrar también a la administración, porque los esfuerzos de protección y conservación de la biodiversidad deben ser conjuntos. La Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad y de su Servicio de Biodiversidad, impulsa una red de herramientas digitales, bases de datos y aplicativos bajo el entorno BIOCAN, diseñadas para recopilar, gestionar y difundir información sobre la biodiversidad de las islas, y orientadas a facilitar la gestión para su protección y conservación:
El Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias (BIOTA) es el registro público oficial que centraliza información sobre las especies silvestres del archipiélago. Los datos, clasificados y validados por expertos, se utilizan para gestionar y conservar la biodiversidad, además de promover la divulgación y la educación ambiental en las islas.
La Red de Observadores del Medio Marino en Canarias (RedPROMAR) es una plataforma de ciencia ciudadana para el registro de información sobre biodiversidad marina de la Macaronesia en general y de Canarias en particular. Este tipo de plataformas permite no solo tener un inventario actualizado sobre biodiversidad marina, sino que además promueve proyectos de ciencia ciudadana para el seguimiento de algunas especies o ecosistemas. Los avistamientos registrados por la ciudadanía son validados por expertos, facilitando la vigilancia de la vida marina y actuando como alerta temprana ante los cambios que se están produciendo en los ecosistemas marinos.
La Red Canaria de Alerta Temprana de Especies Exóticas Invasoras (RedEXOS) recopila información a través de diversos canales y activa respuestas coordinadas tras validar los avisos. Su objetivo es localizar e intervenir rápidamente en nuevos focos de especies invasoras, o potencialmente invasoras, minimizando su impacto en la biodiversidad canaria.
La Red Vigía Canarias es una herramienta clave para monitorear y analizar el estado sanitario de la fauna silvestre en Canarias. Analiza mortalidad no natural y enfermedades infecciosas de estas especies mediante estudios toxicológicos y forenses. Los datos recopilados generan mapas de riesgo y medidas preventivas, protegiendo la biodiversidad, detectando amenazas a tiempo y apoyando acciones legales frente a actividades dañinas.
Biodiversidad Canaria, recientemente creada, es un nuevo impulso a la divulgación para acercar más la biodiversidad de las islas a la sociedad canaria. Con el lema “Divulgar para conservar”, busca aumentar la conciencia pública sobre la biodiversidad, que se conozca más, que se sienta más cercana y que se entienda como una parte de nuestra idiosincrasia para involucrar a la ciudadanía en su conservación. Y, así, volvemos al triángulo de corresponsabilidad del que tantas veces hablo: administraciones, empresas y ciudadanía.
Estas iniciativas, y muchas más que no menciono para no alargar este escrito, basadas en datos abiertos, investigación colaborativa y divulgación estratégica, son un ejemplo del compromiso de parte de las administraciones públicas por proteger y valorar la riqueza biológica única de Canarias.
¿Y las empresas? ¿Qué tienen que ver con todo esto?
Tradicionalmente, las empresas han percibido la biodiversidad como un aspecto externo, un “daño colateral” o, en el mejor de los casos, un valor a conservar por razones reputacionales y, obviamente, porque son necesarios los recursos naturales para nuestras industrias. Sin embargo, muchas actividades económicas dependen directamente de la naturaleza: agricultura, turismo, construcción, pesca, energía, industria alimentaria, etc.
Esta dependencia es especialmente visible en Canarias, donde el turismo de naturaleza, la agricultura local o las actividades recreativas están profundamente conectadas con nuestros paisajes y especies singulares.
Hoy, la biodiversidad debe entenderse como un capital natural esencial. Para una PYME del sector agroalimentario en La Palma o una empresa hotelera en Tenerife, los ecosistemas sanos garantizan recursos, calidad ambiental, estabilidad climática y una experiencia diferenciadora. Para las grandes corporaciones, proteger la biodiversidad es una forma de mitigar riesgos operativos, regulatorios, reputacionales y financieros.
Un ejemplo revelador lo ofrece el análisis recogido por el medio Sostenibilidad 3D: por cada euro invertido en conservación de la naturaleza se pueden generar hasta 30 euros en beneficios ecosistémicos, como regulación hídrica, control de la erosión, polinización o atractivo turístico. Este enfoque se ejemplifica en Doñana, donde las inversiones en restauración ecológica han generado mayor resiliencia climática, retorno social y valor económico. Este tipo de beneficios puede replicarse en Canarias, donde la biodiversidad sustenta parte muy importante del atractivo turístico, los recursos naturales y la calidad de vida.
Si ignoramos su importancia, tenemos que tener en cuenta que la degradación de la biodiversidad supone amenazas reales: interrupciones en la cadena de suministro, escasez de materias primas, incremento de costes, regulaciones más estrictas, litigios o pérdida de licencia social para operar. Un ejemplo claro es la creciente exigencia de la ciudadanía y de los mercados internacionales respecto al origen sostenible de los productos o servicios. Ignorar estos riesgos puede dejar fuera de juego a las empresas que no se adapten.
Razones para invertir en biodiversidad
Por el contrario, integrar la biodiversidad en la estrategia empresarial ofrece oportunidades: acceso a financiación verde, mejora de la imagen corporativa, fidelización de clientela, atracción de inversiones sostenibles y anticipación normativa.
Empresas como Kering, Unilever o Holcim ya están liderando esta transición, adoptando objetivos basados en ciencia (SBTN, por sus siglas en inglés: Science-Based Targets for Nature), utilizando tecnologías como el ADN ambiental (eDNA) para monitoreo ecológico, o creando bancos de hábitats.
En Canarias, iniciativas de restauración ecológica, agricultura regenerativa o turismo responsable y sostenible están mostrando que la conservación de la biodiversidad es rentable y necesaria. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de uno de los mayores valores del archipiélago.
Para finalizar solo me queda recordar algunas cosas a modo de resumen. La biodiversidad no es un lujo ni una moda: es una infraestructura invisible que nos sostiene, también a nuestras economías". En un mundo en transición hacia modelos más sostenibles, las empresas que reconozcan el valor estratégico de la naturaleza estarán mejor preparadas para el futuro.
En Canarias, donde la biodiversidad es parte de nuestra identidad y ventaja comparativa, tenemos una oportunidad única: convertir su conservación en motor de innovación, competitividad y resiliencia empresarial.
Temática: Responsabilidad Social y Corporativa
Autor: Marcos Ruíz Abad
Biólogo ambiental con máster en gestión ambiental y formación en innovación y sostenibilidad. Experto en comunicación científica y ambiental, con experiencia en educación, divulgación, diseño didáctico y vídeo marketing. Ha trabajado en comunicación corporativa y actualmente colabora con GESPLAN en proyectos de biodiversidad para el Gobierno de Canarias. Miembro activo de asociaciones científicas, combina sus pasiones en la divulgación ambiental y científica.