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  • El dinero no es el factor más importante para motivar a nuestros trabajadores

    El triunfo o el fracaso de una empresa puede depender del grado de motivación que tengan sus empleados. Cuando consigues que los colaboradores de tu empresa se encuentren motivados obtendrás resultados fantásticos. Esto vendrá provocado porque no solo cumplirán con sus tareas, sino que aportarán nuevas ideas y propondrán nuevos proyectos que ayudarán a la organización.

    Cuando hablamos del término “motivar” básicamente hacemos referencia a conseguir que una persona se mueva en una dirección concreta para alcanzar un determinado fin. Pero ojo, debemos recordar que para motivar a los demás es fundamental que primero estemos nosotros mismos motivados.

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    La motivación total de una persona la podemos ver reflejada en la siguiente fórmula del autor Juan Luis Urcola:

    Motivación total = Motivación interna (automotivación) + Externa + Trascendente

    La primera de ellas hace referencia a la propia motivación que tiene un trabajador por lo que hace, por lo que siente cuando realiza su trabajo. En este caso el trabajador percibe que su motivación está en sí mismo y depende de él. Sin embargo, la motivación externa se refiere a la situación en la que un trabajador percibe algo a cambio que le motiva, por ejemplo, una cantidad de dinero extra por la realización de su trabajo.

    En último lugar, la motivación trascendente es aquella en la que el trabajador se consigue motivar a sí mismo porque sabe que está ayudando a otras personas. Es decir, nace en el propio trabajador, pero termina con el servicio a otras personas. Se ancla en la utilidad que tiene nuestro trabajo para otras personas.

    Llegados a este punto es conveniente resaltar que las empresas no pueden estar constantemente dedicándose a utilizar motivación externa para ayudar a sus trabajadores. ¿Cuál es el inconveniente de utilizar este tipo de motivación? La respuesta es sencilla, si cada vez que la empresa quiere que su trabajador realice una actividad concreta le proporciona 200 euros, el día que le pida algo a su trabajador y no le proporcione una cantidad de dinero, éste no va a mover un dedo, realizará lo justo para cumplir con sus obligaciones.

    ¿Quiere decir esto que utilizar motivación externa con nuestros trabajadores es malo? No, lo que quiere decir es que la motivación externa hay que utilizarla en contadas ocasiones. Sobre todo, en las que se necesita un aumento del rendimiento de nuestros trabajadores para conseguir un objetivo muy importante para la organización. Pero recordemos, se trata de situaciones excepcionales.

    Respecto a la motivación trascendente, la cual desconocía completamente, he observado que no le sacamos el máximo partido. Muchas veces nos encontramos trabajando en el día a día y no percibimos que al final, con nuestra actividad, estamos ayudando a personas. De eso trata la motivación trascendente, de que yo, al realizar mi actividad estoy solucionando problemas o satisfaciendo necesidades a otras personas. Quizás por parte de los directivos de las empresas no se transmite esta idea, pero creo que es crucial saber comunicar a nuestros empleados la importancia del trabajo que están realizando porque al final, están ayudando a otras personas y esto te provoca una satisfacción que no puedes explicar con palabras.

    Por lo tanto, pararse a pensar unos minutos y recordar esta visión de, para qué estamos realizando una determinada actividad, considero que es de vital importancia si queremos mantener una motivación considerable en nuestro trabajo.

    ¿Cómo motivar a un trabajador desmotivado?

    Lo primero que debes de tener en cuenta, y qué seguramente ya sabes, es que en este mundo hay personas que nacen desmotivadas, que siempre están quejándose por todo y que cuando mantienes una conversación con ellas son capaces de absorberte hasta la última porción de energía de tu cuerpo. Ante este tipo de situaciones es muy complicado actuar, pero debemos de tener presentes cuáles son las posibles soluciones. La clave se encuentra en dialogar con el trabajador para poder obtener la mayor cantidad de información posible acerca de su descontento con el puesto de trabajo.

    Una vez tenemos toda esta información, antes de empezar a desarrollar actividades o propuestas para motivar al trabajador es necesario detectar cuál es el motivo principal de su descontento y analizar si podemos hacer algo. Sin solucionar este problema todas las actuaciones que llevemos a cabo no servirán de nada.

    Esto Juan Luis Urcola lo explica muy bien a través de un ejemplo. Sería como estar introduciendo agua a un cubo que tiene un agujero en el fondo. Nuestras actuaciones y propuestas para motivarlo sería el agua que estamos vertiendo dentro del cubo y su problema de desmotivación sería el agujero del fondo. Hasta que no lo tapemos (solucionemos el problema de su desmotivación) el agua seguirá saliendo.

    A la hora de motivar a los empleados existen 3 niveles:

    • El primero de ellos es el nivel básico. Consiste en motivar a los trabajadores para que conseguir los objetivos y realicen su trabajo de una forma adecuada.
    • En el segundo nivel puedes conseguir que alcancen los objetivos y que además se integren en la organización.
    • Finalmente, en el tercer nivel, consigues un entusiasmo en el trabajador y una enorme satisfacción para él mismo.

    ¿Qué consecuencias negativas puede tener para mi empresa el hecho de contar con empleados desmotivados?

    empleado desmotivado

    Pues las consecuencias pueden ser desastrosas. En algunas ocasiones, la desmotivación por parte de los empleados puede provocar que abandonen la empresa. Este acontecimiento origina un aumento de la rotación lo que supone un aumento considerable del coste y, cuando echas cuentas, observas que representa un porcentaje importante del beneficio que has obtenido.

    Todos conocemos muchos casos de trabajadores que son especialistas en perder el tiempo, en hacer justo lo necesario y en no mover un dedo. Este tipo de actitud en los trabajadores puede llegar a provocar que no se consigan los objetivos que nos hemos marcado o incluso puede ocasionar (si realizamos una mala gestión) que nuestros trabajadores buenos también se contagien.

    Por lo que tenemos que tener mucho cuidado con las decisiones que tomemos con nuestros trabajadores dado que, si le proporcionamos lo mismo al trabajador malo que al bueno, este último se desmotivará y pasará a tener una actitud desmotivadora. Lo que nos puede ayudar en estos casos es tomar decisiones en función de la meritocracia, algo que es justo y que suele ser bien aceptado por todo el grupo.

    Agradecimiento vs reconocimiento

    La diferencia que existe entre los dos términos es importante tenerla bien clara. La primera, el agradecimiento, se produce cuando una persona hace algo por ti y tú se lo agradeces, es decir, le correspondes ese gesto que ha tenido contigo, primero piensas en tí y luego en ella. Pero, sin embargo, el reconocimiento se produce pensando primero en la otra persona. Tras examinar lo que la otra persona ha hecho, has decidido reconocer el trabajo que ha realizado o el logro que ha conseguido. Además, cuando realizas un reconocimiento sincero, esta acción le proporciona a quien lo recibe un chute brutal de energía.

    Por lo tanto, aprende a reconocer el trabajo que realizan tanto tus compañeros como compañeras y aprovecha todas las oportunidades del día para hacerlo. Recuerda que la motivación no se trabaja en un día, sino que es un proceso largo que lleva mucho trabajo.

    ¿El dinero significa lo mismo para todos?

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    Como habrás podido observar a lo largo de tu vida, has conocido a personas que son capaces de hacer muchas cosas que tu no harías por dinero, u otras a las que simplemente el dinero no les importa, no les motiva en absoluto. Todas las personas trabajan para percibir una retribución a cambio de su trabajo.

    Sin embargo, hay personas que no piensan en el salario cuando están trabajando y otras, para las que su único objetivo es conseguir el salario al final de mes. Cuando leí por primera vez que el salario no debe de ser tu factor de motivación principal no lo entendía dado que, consideraba que todas las personas trabajaban por dinero. No obstante, hay otras cuestiones que también son muy relevantes.

    ¿Dónde está la cuestión del dinero como motivación? Si tu única motivación es el dinero, siempre querrás más porque el dinero es una satisfacción cortoplacista, te servirá para un tiempo determinado, pero transcurrido ese momento volverás a encontrarte desmotivado. Se trata de una especie de droga en la que necesitarás dosis más elevadas para satisfacer tus necesidades.

    Recordemos, además, que a todas las personas no nos motivan las mismas cosas. Hay personas a las que les motiva trabajar en un entorno que sea agradable, o donde se le valore para los diferentes proyectos sintiéndose partícipe de los mismos, donde tenga la oportunidad de ascender o donde entiendan sus situaciones personales. Si tú consigues que tu trabajo te motive de tal forma que la motivación principal no sea el dinero sino las acciones que haces, los proyectos que realizas, es decir, eres capaz de disfrutar del viaje, te encontrarás en el trabajo que todos conocemos como “trabajo ideal”.

    ¿A qué conclusión llegamos con esto? Las personas en un trabajo al final buscan muchísimas otras cosas además de un buen salario. Cuando ponen todos los componentes en la balanza, se dan cuenta de que prefieren cobrar algo menos, pero tener unas condiciones de trabajo que sean agradables. No podemos olvidarnos de que las organizaciones al final están formadas por personas. Si queremos que los empleados se encuentren motivados, es necesario conseguir que su trabajo les proporcione satisfacción.

    A pesar de que el dinero actúa como motivador en las circunstancias señaladas anteriormente, también produce desmotivación cuando el trabajador percibe que no le están pagando lo suficiente por su trabajo, o la más común, cuando se dan cuenta que otras personas ganan más que él realizando las mismas tareas o incluso menos.

    Frases destacadas:

    • “De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero”. (Benjamin Franklin).
    • Pague usted a los suyos bien y en regla. Y después haga todo lo posible para que se olviden del dinero”. (Sprenger).
    • “Con dinero podemos comprar o alquilar el tiempo de nuestros colaboradores, pero nunca sus voluntades, su lealtad, su entusiasmo, su compromiso o iniciativa. Esto hay que ganárselo.”

    Fuente: Úrcola, J.L (2008). La motivación empieza en uno mismo. Aspectos básicos para motivar a los demás y para motivarse uno mismo (2.ª ed.). Madrid, España. Esic Divulgación.

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