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La inflación
La inflación, un término que escuchamos a diario, de la que todos hablan, medios de comunicación, tertulias, políticos, empresarios, etc… el gran enemigo, en general, con consecuencias negativas tanto por su “aparición” como a la hora de combatirla, una espiral inflacionista de la que es complicado salir de una forma exitosa.
La inflación es un aumento generalizado y sostenido en los precios de los bienes y servicios, es una amenaza para la economía, aumenta el coste de los productos y servicios, lo que reduce el poder adquisitivo de las personas y aumenta el coste de la vida, también puede reducir el valor de las inversiones, ya que, los inversores buscarán obtener un rendimiento más alto para compensar el impacto de la inflación sobre el valor de su inversión.
A largo plazo, la inflación puede dañar la capacidad de una economía para competir en el mercado global, ya que hace que los productos y servicios sean cada vez más caros en comparación con los de otros países, aunque en estos momentos estamos en una espiral inflacionista a nivel global.
La inflación también puede afectar negativamente a los ahorradores, ya que, erosiona el valor de sus ahorros. En general, la inflación es un fenómeno económico negativo para la población en general que debe evitarse.
El aumento de la pobreza es una consecuencia negativa de la inflación, pues cuando los precios aumentan, la pobreza también aumenta, ya que las personas más vulnerables tienen menos acceso a los bienes y servicios.
Para “combatir” la inflación, los Bancos Centrales están subiendo los tipos de interés, la subida de los tipos de interés afecta directamente a la inflación, ya que un aumento en los tipos de interés encarece el “dinero”.
Cuando los tipos de interés suben, los consumidores y las empresas tienen que pagar más dinero en intereses, lo que reduce el dinero que tienen disponible para gastar en otros bienes y servicios. De esta forma, los tipos de interés pueden ser utilizados como una herramienta para controlar la inflación, esta opción puede bajar la inflación, pero tienes sus daños colaterales en la economía, reduce el nivel de actividad económica, y puede provocar un aumento del desempleo y disuadir a las empresas de invertir y contratar nuevos trabajadores.
Una subida de tipo de interés, como ya sabemos y notamos en la mayoría de nuestros bolsillos, afectará a las hipotecas a tipo variables, ya que, aumentará el coste de la hipoteca, lo que significará que los pagos mensuales serán más altos y reducirá la renta disponible de las familias hipotecadas a tipos de interés variables, lo que genera problemas en las economía familiares entre los altos precios y la subida del coste de los préstamos e hipotecas.
Estamos es esa espiral donde no sabes si es “peor el remedio que la enfermedad”, se aplican medidas macroeconómicas (magnitudes globales) con unos efectos “negativos” en la microeconomía: inversores, empresas, consumidores y trabajadores.
La situación es complicada, encontrar puntos de equilibrio es clave para volver a una senda de precios estables y crecimiento económico.