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Emergencia Tecnológica: cosas del Siglo XXI
Emergencia sanitaria, emergencia climática, emergencia energética, emergencia alimentaria, emergencia social, emergencia habitacional, emergencia migratoria, emergencia hídrica… y ahora, emergencia tecnológica. Si alguien pensaba que a esta altura de la película ya lo teníamos todo más que visto, este nuevo titular nos deja claro que estábamos totalmente equivocados.
El pasado 30 de junio el Gobierno de Canarias declaraba, por primera vez en su historia, el estado de emergencia tecnológica; estado que se mantendrá, como poco, hasta el próximo 31 de diciembre. La caída de más de 1.000 servidores de la Administración Autonómica Canaria dejó a la vista lo que en la práctica era un secreto a voces: los sistemas llevan mucho tiempo funcionando al límite, jugando con fuego y sorteando las alertas con más ingenio que recursos, pero hasta aquí hemos llegado. El sistema colapsó y ahora sí que no se puede mirar hacia otro lado.
Esta vez no basta con apagar y volver a encender, como algún profano o iluso pudiera pensar, porque la cosa es mucho más compleja. Nos hemos pasado de frenada y conviene hacer un análisis serio y en profundidad para que la siguiente emergencia tecnológica, que con total seguridad llegará más pronto que tarde, no nos coja otra vez con el pie cambiado.
Los motivos que nos han llevado hasta esta situación de emergencia tecnológica tienen mucho que ver con la manera en la hemos incorporado la digitalización a nuestras vidas. Demasiados cambios en muy poco tiempo, demasiada velocidad para una sociedad saturada a la que le cuesta, cada vez más, seguir el ritmo de las cosas, demasiada improvisación acelerada por la digitalización exprés que vivimos en la pandemia y demasiados intereses económicos como para permitir que la rueda se pare o que, ni tan siquiera, baje el ritmo.
Esta declaración de emergencia que declara el Gobierno de Canarias es una decisión valiente porque para solucionar un problema, lo primero es reconocerlo y tomar conciencia de él. Por otro lado, no olvidemos que este estado de emergencia flexibiliza el marco de contratación de servicios y permite, entre otras cosas, tomar acciones con mayor celeridad y ya sabemos lo que esto significa en la Administración Pública y los efectos colaterales no deseados que inevitablemente aparecen un tiempo después.
Las cosas importantes llevan su tiempo y reposo, pero parece que no queremos verlo y somos incapaces de pensar a medio o largo plazo porque eso, en esta sociedad del cortoplacismo, no vende. Si en lugar de Unos y Ceros fueran ladrillos, hoy estaríamos contando que los edificios que construimos en tiempo récord se han caído: hospitales, colegios, juzgados… servicios públicos que han quedado en jaque y que han derivado en esta emergencia tecnológica.
Hemos entrado de lleno en la Era de la Digitalización y esta emergencia tecnológica así nos lo recuerda. Pero la realidad es que hemos entrado a trompicones. En Canarias faltan miles de profesionales que dominen la tecnología, imposible pensar en una economía digitalizada si no hay personas que la sostengan.
Esta emergencia tecnológica no es más que un aviso a navegantes, una señal que nos dice que algo no estamos haciendo bien. La digitalización no es meter tecnología hasta debajo de la cama. La digitalización va de poner a la persona en el centro para que los avances que podamos lograr como sociedad, de la mano de la tecnología, redunden en un estado del bienestar que cada día es más frágil.
Y a todas estas, la Inteligencia Artificial todavía no ha entrado en juego como para comprometer, aún más si cabe, un modelo tecnológico que se sostiene a duras penas.
Por cierto, y tirando del refranero español: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar” porque esta situación de emergencia tecnológica que ha declarado el Gobierno de Canarias es perfectamente extrapolable a otras AAPP, más grandes y pequeñas; empresas, operadoras... y extensible a todos los que estamos dentro de esta digitalización exprés, incluida las familias.
Aprendamos de nuestros errores para reconducir el camino porque la digitalización ha venido para quedarse y ya no hay marcha atrás. Por cierto, ¿será la IA la protagonista de la próxima emergencia digital? Ahí lo dejo.
Temática: Innovación y Tecnología
Autor: Jorge Alonso
CIO en Velorcios Group, Ingeniero de Telecomunicaciones (ULPGC), EMBA (Mid Atlantics Business School), Programa de Alta Dirección de Empresas (Instituto Internacional Bravo Murillo) y Profesor de Tecnología para Directivos en la MBA Business School. Más de veinte años ocupando puestos directivos dedicados a la incorporación de la tecnología a las empresas enfocada a la transformación digital. Autor, entre otras obras, del libro “Una historia de transformación digital” (Canarias Ebook - 2018).
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