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El futuro de la Inteligencia Artificial: ¿Ficción o realidad?
No digo nada sorprendente si afirmo que la IA está en estos momentos en boca de todos. Basta con encender el televisor (qué cosa tan antigua, por cierto) o escuchar la radio para comprobar que esta tecnología, no tan nueva, ocupa espacios mediáticos y preocupa a partes iguales porque en realidad desconocemos cómo va a evolucionar en los próximos años y las consecuencias que se derivarán de su uso por unos y otros. Por los buenos y por los malos.
La trayectoria de la Inteligencia Artificial pasará, teóricamente, por cuatro etapas.
En primer lugar, hablamos de la inteligencia artificial estrecha. Es la IA del presente, que ya nos rodea por todas partes. Diseñada y entrenada para realizar tareas específicas con gran competencia, aprende de datos pasados para mejorar su rendimiento en el dominio para la que está concretamente construida.
Es aquí donde podemos diferenciar claramente las IA predictiva, generativa y operativa. La IA Predictiva se refiere a sistemas que analizan datos históricos para hacer pronósticos o predicciones sobre eventos futuros. Ejemplo de ello son los sistemas de recomendación de Netflix o la detección de fraudes. La IA Generativa, cuyo exponente más conocido es ChatGPT, se refiere a los sistemas capaces de crear contenido nuevo y original que no existía previamente. Este contenido puede ser texto, imágenes, audio, video, código, etc. Un ejemplo serían los Modelos de lenguaje grandes (LLMs). Su truco: aprender de vastos conjuntos de datos existentes para entender patrones y estructuras, y luego usar ese conocimiento para generar nuevas instancias a una velocidad apabullante. La IA Operativa alude al uso de la IA para automatizar, optimizar y gestionar operaciones y procesos en diversos campos. Es más bien una forma de aplicar la IA. Ejemplos: robots en líneas de ensamblaje, sistemas de gestión de inventario automatizados o chatbots de servicio al cliente.
En segundo lugar, está la Inteligencia Artificial General (IAG). Se trata de una IA hipotética con la flexibilidad cognitiva de un ser humano, capaz de comprender, aprender y aplicar conocimiento en cualquier dominio intelectual. En este caso, las capacidades predictivas, generativas y operativas se volverían infinitamente más potentes y generales.
En tercer lugar, llegaríamos a la Superinteligencia, una inteligencia que superaría con creces la capacidad cognitiva humana en todos los aspectos: razonamiento, creatividad, resolución de problemas, aprendizaje, etcétera. Según el físico Max Tegmark el camino hacia la inteligencia artificial avanzada puede desembocar en una variedad fascinantemente amplia de escenarios que van desde la coexistencia pacífica hasta la extinción de la especie humana.
Y, por último, alcanzaremos la Singularidad Tecnológica, un término que introdujo por primera vez John von Neumann en 1957 y que popularizó Vernor Vinge a partir de 1983. Se refiere al punto de no retorno. Un hipotético hito donde el crecimiento tecnológico se vuelve incontrolable e irreversible, con cambios drásticos e incomprensibles para la civilización humana. Sería el resultado de un ciclo de auto-mejora exponencial recursiva que Irving Good llamó en 1965 la explosión de inteligencia.
Los distintos expertos no se ponen de acuerdo en las fechas, faltaría más, pero algunos como Max Tegmark, una de las voces más activas sobre los riesgos de la inteligencia artificial, nos advierte de que el ritmo de avance es más rápido de lo previsto. Igualmente lo hace Ray Kurzweil, el mejor prediciendo el futuro de la IA según Bill Gates, que ha reeditado su libro de 2005 “La singularidad está cerca” donde predecía que en 2045 tendría lugar la singularidad, para recortar sus predicciones en un nuevo volumen titulado “La singularidad está más cerca” que ha salido al mercado hace pocos meses.
Estamos por lo tanto ante un panorama apasionante y lleno de incertidumbre. Pese a ello, me quedo con los líderes tecnológicos e intelectuales que, siendo conscientes de los peligros y riesgos de la Superinteligencia debido a su uso malicioso o al propio desalineamiento respecto a nuestros intereses, aún así defienden su desarrollo, siempre que sea de forma segura y responsable.
Temática: Innovación y Tecnología
Autor: Felipe González de Mesa Ponte
Felipe González de Mesa Ponte es Director de Tecnología en Cajasiete. Inició su carrera en el Área de Informática del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Posteriormente trabajó en Accenture cinco años y en 1999 se incorporó a Cajasiete. A lo largo de estos años ha continuado su formación en diversas especialidades entre las que destaca la Gestión y Dirección de Empresas, Big Data, Inteligencia de Negocio, Banca Digital y Fintech.
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