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El 2025 marca un punto de inflexión fundamental en la relación de las empresas con el medio. Con nuevas regulaciones que entran en vigor, el camino hacia la sostenibilidad se convierte en una prioridad estratégica para todos los sectores. En este artículo vamos a recordar las principales obligaciones ambientales que las empresas deben cumplir en 2025, así como las tendencias empresariales en sostenibilidad que están marcando el futuro. Al final, veremos cómo estas dos áreas están profundamente interrelacionadas y cómo las organizaciones pueden aprovecharlas para prosperar en un entorno empresarial cada vez más consciente de su impacto ambiental y de la importancia estratégica y moral de la sostenibilidad.
El 2025 se perfila como un año crucial para las empresas que buscan adaptarse a un mundo cada vez más exigente en términos de sostenibilidad. Con nuevas normativas ambientales que obligan a las organizaciones a repensar su modelo de negocio, el reto para seguir adelante es claro: no sólo hay que cumplir con las leyes, también es bueno liderar el cambio hacia un futuro más verde y responsable. Las decisiones que tomen las empresas este año no sólo impactarán en la confianza de su clientela y su competitividad, también definirán su legado en un planeta que demanda acciones concretas. ¿Estás preparado para lo que viene?
Cálculo obligatorio de la Huella de Carbono: Hasta ahora voluntaria, la Ley 7/2021 establece su obligatoriedad para ciertas compañías. Estas deberán también presentar un plan de reducción de emisiones. Las empresas afectadas serán aquellas con más de 500 empleados, consideradas entidades de interés público según la legislación de auditoría de cuentas, o que cumplan al menos dos de los siguientes requisitos: tener un activo consolidado superior a 20 millones de euros, una facturación anual superior a 40 millones de euros y más de 250 empleados en promedio anual. Aunque las exigencias pueden variar según las regiones. Este cálculo incluirá tanto las emisiones directas (producidas por la empresa) como las indirectas (como las generadas por la electricidad adquirida).
Recogida selectiva de residuos textiles: La Unión Europea implementará la obligatoriedad de la recogida selectiva de residuos textiles, lo que impulsará la economía circular en la industria de la moda. Las empresas de moda y textiles tendrán que recoger y clasificar adecuadamente los productos desechados, para facilitar su reciclaje o reutilización, lo que reducirá el impacto ambiental de la industria y promoverá el uso de materiales reciclados.
Etiquetado sostenible de envases: Con el objetivo de mejorar la transparencia y facilitar el reciclaje, las empresas deberán adherirse a nuevas normativas que exigen un etiquetado claro de los envases. Estos deberán informar sobre la composición del envase, su reciclabilidad y cómo debe gestionarse al final de su vida útil. El objetivo es reducir la cantidad de residuos mal gestionados y fomentar la utilización de materiales biodegradables o reciclados. Relacionada con esta ley, también te interesa la nueva ley sobre Greenwashing que te conté en de CajaSiete con tu negocio.
Integración de la sostenibilidad en la estrategia corporativa: Las empresas están reconociendo que la sostenibilidad no solo es un desafío regulatorio, sino una oportunidad estratégica. Integrar la sostenibilidad como un pilar central de la estrategia empresarial es clave para garantizar la resiliencia y la competitividad a medio y largo plazo. Las organizaciones que priorizan la sostenibilidad están mejor preparadas para adaptarse a los cambios regulatorios y aprovechar las oportunidades del mercado.
Economía Circular y gestión de residuos: La transición hacia modelos de economía circular está en auge. Las empresas están adoptando enfoques de reducción, reutilización y reciclaje de materiales, lo que contribuye a minimizar los residuos y optimizar el uso de los recursos. Esta tendencia impulsa la innovación en productos y procesos, permitiendo una gestión más eficiente de los materiales, fomentando el ahorro y una reducción significativa del impacto ambiental.
Inversión en competencias verdes: La sostenibilidad está impulsando la demanda de profesionales capacitados en áreas como la gestión ambiental, la economía circular y las energías renovables. Las empresas están invirtiendo en la formación interna de su personal para garantizar que cuenten con las competencias necesarias para cumplir con las nuevas regulaciones y afrontar los desafíos del cambio climático de manera efectiva.
Transparencia y Reporte ESG: La transparencia en las prácticas empresariales es cada vez más valorada por los consumidores, inversores y reguladores. Las empresas están mejorando sus informes en materia de medio ambiente, social y gobernanza (ESG), respondiendo a la creciente demanda de responsabilidad corporativa y alineándose con normativas como la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD).
Biodiversidad y capital natural: La biodiversidad se considera un pilar estratégico de la economía mundial. Las empresas la están como un activo estratégico esencial para su resiliencia y sostenibilidad. Integran prácticas para proteger los ecosistemas, como la restauración de hábitats y la gestión responsable de recursos naturales. Además, la valorización del capital natural, que incluye servicios ecosistémicos como la purificación del agua y la regulación climática, está ganando relevancia. Este enfoque no solo beneficia al medio ambiente, sino que también prepara a las empresas ante futuras regulaciones y mejora su competitividad al responder a las demandas de los consumidores conscientes del impacto ambiental.
Tecnología para la Sostenibilidad: La innovación tecnológica está impulsando soluciones sostenibles, como la digitalización para optimizar recursos y la inteligencia artificial aplicada al reciclaje. La automatización y el uso de tecnologías limpias, como la energía solar y eólica, están transformando los procesos productivos, mejorando la eficiencia y reduciendo la huella de carbono. Además, la inteligencia artificial optimiza las cadenas de suministro y mejora el manejo de residuos. Con la integración de energías renovables y tecnologías emergentes, las empresas avanzan hacia un futuro más verde, reduciendo costes y abriendo nuevas oportunidades de negocio sostenibles. Pero este uso de la IA debe venir de la mano de un aumento de las energías renovables y de la optimización en el uso de energía y agua de los grandes centros de datos.
Las nuevas obligaciones ambientales para 2025 y las tendencias empresariales en sostenibilidad están profundamente interconectadas. Por ejemplo, la obligación de calcular la huella de carbono no sólo tiene implicaciones regulatorias, sino que también impulsa la innovación en tecnologías sostenibles. Al medir sus emisiones, las empresas se verán obligadas a invertir en soluciones tecnológicas que mejoren su eficiencia energética y reduzcan gasto y su impacto.
Asimismo, la recogida selectiva de residuos textiles es un claro ejemplo de cómo las regulaciones impulsan la economía circular. Las empresas que se adapten a estas normativas no solo cumplirán con las exigencias legales, sino que también aprovecharán oportunidades para innovar en sus modelos de negocio, como el diseño de productos más sostenibles y reciclables.
Por otro lado, la transparencia en el etiquetado refuerza la tendencia de reportes ESG, impulsando la necesidad de que las empresas no solo informen sobre su impacto ambiental, sino que lo hagan de manera transparente, clara y comprensible. Esta transparencia se convierte en un diferenciador clave, aumentando la confianza de clientela e inversores.
Finalmente, la inversión en competencias verdes se ve favorecida por las nuevas regulaciones, ya que las empresas necesitarán contar con talento especializado para cumplir con los requisitos del cálculo de la huella de carbono, la gestión de residuos y las estrategias de adaptación al cambio climático. La formación de equipos especializados y multidisciplinares será crucial para implementar soluciones innovadoras y cumplir con las normativas en el marco de una estrategia de sostenibilidad corporativa.
En definitiva, 2025 será un año decisivo para las empresas que buscan mantenerse competitivas en un mundo cada vez más orientado a la sostenibilidad. Las nuevas obligaciones ambientales representan desafíos clave, pero también catalizadores para la adopción de tendencias empresariales que favorecen la innovación, la adaptación al cambio climático y la transparencia ESG.
Al integrar estas tendencias en su estrategia empresarial, las organizaciones no solo cumplirán con las normativas, sino que posicionarán su negocio de manera proactiva en un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental, asegurando un crecimiento sostenible y responsable.
Temática: RSC
Biólogo ambiental con máster en Gestión de Infraestructuras y Servicios Ambientales, especializado en educación, comunicación y vídeo marketing. Tras años en educación ambiental, se dedicó a la comunicación empresarial y luego unió sus pasiones en la comunicación científica y ambiental. Actualmente, es Responsable de Comunicación en CIMA y miembro activo de la Asociación Española de Comunicación Científica.