Cajasiete y el CEST firman un acuerdo para apoyar al tejido empresarial del sur de Tenerife

Hablemos de absentismo. Abro hilo.
Pues si, resulta que en general, tras el COVID, en el conjunto de la economía española, el absentismo se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza de las empresas de nuestro país, en tanto y cuanto, es uno de los capítulos de costes que más se ha incrementado los últimos años.
Los datos nos dicen que, si realizamos una mirada sectorial, el sector industrial y el de servicios son los que más sufren este creciente fenómeno; y, si lo seccionamos sectorial y geográficamente, resulta que a la cabeza, en la pole position se sitúa Canarias y, en particular, la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
OPS!
La media de absentismo laboral en los hoteles de Tenerife en la actualidad está en torno al 18%, es decir, habrá hoteles al 15 y otros al 21%… o más…
Vaya, que un hotel con 200 empleados puede tener, de media, unos 40 empleados que diariamente no acuden a su puesto de trabajo. Si, lee usted bien.
Hemos “normalizado” esta estadística con una sorprendente disciplina, lo cual no deja de sorprenderme, especialmente porque las cifras previas a la pandemia arrojaban unas estadísticas de menos de la mitad que en la actualidad. Se ha más que duplicado el absentismo en unos pocos años.
¿Por qué?, ¿qué ha ocurrido para que se dispare el absentismo tras la pandemia?, ¿somos más débiles?, ¿hay nuevas enfermedades?, ¿hay más cargas de trabajo?… No van por ahí los tiros.
Las múltiples causas, especialmente en las bajas no justificadas, parece que tienen más que ver con un cambio de chip vital de buena parte de los trabajadores, acompañado por la merma del poder adquisitivo, un sistema sanitario lento y saturado, aderezado de una normativa más opaca o flexible, unido a mayor picaresca de unos cuantos o de unos muchos (muchas bajas se producen en temporada alta o justo antes de los fines de semana, normalmente por enfermedad común).
Claro, hablamos de un sector donde no existe casi el teletrabajo, donde la presencialidad es prácticamente obligada, donde la robotización de procesos no es la solución. Pero es que también hablamos de un sector que ha perdido gran parte de su poder de seducción y de retención del talento… e incluso de retención, sin más…
Así que las empresas se despiertan cada mañana y tienen que gestionar como pueden la incertidumbre de quien vendrá a trabajar cada día, adaptar los turnos, ajustar las cargas y redistribuir el trabajo, ocupándose los trabajadores que quedan de su trabajo y del de los que no vienen cada día a trabajar. Y si, insisto, lo hemos normalizado.
La situación es tan grave, que muchos hoteles, fieles a mantener la calidad de sus servicios, han remodulado su 100% de ocupación a, por ejemplo, un 80%, y a no prestar determinados servicios con el ánimo de tratar de entregar la excelencia que han prometido.
Los representantes sindicales argumentan como motivo las "jornadas excesivas y una creciente sobrecarga física y psicosocial".
Pero no me cuadran esos argumentos, por cuanto no encuentro motivo de peso para entender que tras la pandemia, de golpe, todo esto haya empeorado hasta el punto de duplicar las cifras de absentismo, exceptuando quizá, un cambio psicosocial, actitudinal, frente al trabajo.
Muchos trabajadores buscan en el sector turístico una conciliación con su vida personal que no encuentran y una flexibilidad laboral que las empresas no pueden entregar.
Y no nos olvidemos que este enorme y creciente coste que asumen las empresas, económico, de servicio y organizativo, también lo pagamos entre todos, puesto que el coste que supone para la administración pública la gestión de estas bajas y los enormes costes económicos que ha de cubrir la seguridad social, ya sabemos de donde salen, ¿verdad?.
Es este un problemón de primer orden del que inexplicablemente poco se habla y poco se gestiona.
Debe producirse un debate en profundidad de absentismo laboral en nuestra economía, de manera que sector público, empresas y sindicatos encuentren soluciones que mejoren la vida de la gente y que mejoren también la salud y el funcionamiento de nuestras empresas.
Pero no se vayan todavía… aún hay más…
La verdad, resulta aún más incómoda, cuando descubrimos que, donde más incidencia está habiendo de absentismo laboral, es, en la propia administración pública. El remate, es que estos días hemos conocido que empresas constructoras canarias se plantean contratar gente desde Latinoamérica, ante el “desesperante” absentismo laboral.
Por el lado positivo, una empresa canaria, Birced, ha desarrollado un exitoso método para reducir el absentismo especialmente en profesiones con grandes cargas musculoesqueléticas.
Hay espacio para la esperanza, así que no metamos este asunto bajo la alfombra.
Temática: Turismo
Economista por la Universidad de La Laguna, estudió un año en los Estados Unidos y posee un programa de alta dirección por el Instituto Bravo Murillo. En la actualidad, es Asesor Turístico y PwC Senior Advisor en España. Colabora en las temáticas de internacionalización y turismo.