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  • Gestión sostenible del talento

    Gestión sostenible del talento

    Probablemente uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos los profesionales de la gestión de personas es la frecuente falta de implicación de los mandos, especialmente los intermedios y los más directos, en las políticas que, promovidas desde la dirección, ponen el foco en lograr el compromiso del equipo humano, mejorar su desempeño y alinearlo hacia el logro de los objetivos corporativos.

    Porque en este empeño los mandos no pueden ser convidados de piedra; su papel es tan, si no más, relevante que el de los departamentos de recursos humanos. De poco sirve una dirección general convencida de la importancia de la gestión de personas si este discurso no es interiorizado por la cadena de mando.

    En este artículo pretendo justificar esta afirmación, y lo haré de forma ordenada, deteniéndome en cada una de las dimensiones de un modelo que, a mi juicio, garantiza una gestión de personas orientada a lograr el equilibrio entre los objetivos de la empresa y las expectativas de los empleados.

    Empezaré describiendo estas dimensiones, que en mi opinión son cinco:

    • Resultados

    La empresa y sus empleados deben estar alineados hacia el logro de los objetivos corporativos, a lo que deben contribuir la organización, los procesos, las funciones, los recursos y los sistemas de gestión, como por ejemplo una dirección por objetivos, la gestión del desempeño o un sistema de calidad, entre otros, así como el uso eficiente de la tecnología.

    • Cultura

    La misión, la visión y los valores pueden ser un facilitador si se conocen y se comparten por el equipo humano de la empresa. La cultura de la empresa debe ser reconocible y favorecer la innovación, la diversidad o la equidad, entre otros principios, y por supuesto el compromiso de los empleados. También la cultura es clave para atraer y fidelizar el talento.

    • Relaciones

    Aspectos como la comunicación interna, los estilos de dirección o el trabajo en equipo tienen un impacto real en el clima laboral y en el desempeño. También es importante la forma en la que el personal interactúa con los clientes de cara a satisfacer sus expectativas.

    • Capacidades

    Los conocimientos, las habilidades y las competencias del equipo humano deben responder a las necesidades de la empresa y su organización del trabajo. Por ello es tan importante la forma en la que una empresa capta y desarrolla el talento.

    • Expectativas

    Conocer las expectativas de los empleados y su grado de satisfacción con las políticas en materia de gestión de personas (retribución, reconocimiento, carrera profesional, bienestar, conciliación, etc.) es fundamental para generar compromiso, implicación y fidelización.

    Los mandos de la empresa juegan un papel clave en la aplicación de este modelo, ya que son los responsables de trasladar sus principios a la gestión diaria. La forma de liderar los equipos tiene, por consiguiente, impacto en cada una de las cinco dimensiones, y debería favorecer un equilibrio entre ellas.

    Profundicemos a continuación en la relación existente entre el papel de los mandos y cada una de las dimensiones:

    Resultados: Alineación con los objetivos estratégicos.
    •  Los mandos deben garantizar que los equipos trabajen con foco en los objetivos de negocio, asegurando eficiencia y calidad en el trabajo.

    • Deben definir y/o utilizar métricas claras de desempeño, así como proporcionar feedback regular sobre el cumplimiento de resultados.

    • Su rol principal es el de actuar como facilitadores de los recursos y las herramientas que resulten necesarios para el logro de las metas establecidas.

    Cultura: Ejemplo y refuerzo de los valores de la empresa.
    •  Un mando debe liderar siempre con el ejemplo en cuanto a valores de la empresa, de forma ética y comprometido con su misión.

    • Se espera que los líderes fomenten una cultura de aprendizaje, garanticen la transparencia y promuevan una responsabilidad compartida.

    • Es fundamental que los mandos traduzcan la visión estratégica en comportamientos concretos dentro de sus equipos.

    Relaciones: Construcción de equipos cohesionados.
    •  A los mandos corresponde crear espacios de comunicación efectiva y fomentar la colaboración entre áreas y departamentos.

    • Los mandos deben resolver conflictos de manera ágil y promover un ambiente de confianza y respeto.

    • Desarrollar un liderazgo empático, con foco en la escucha activa y la motivación del equipo, es clave para lograr su cohesión.

    Capacidades: Desarrollo del talento y crecimiento profesional.

    •  Que los mandos identifiquen fortalezas y áreas de mejora en sus equipos de cara a potenciar el talento individual será sumamente útil para los departamentos de gestión de personas.

    • Los mandos deben impulsar la formación continua según las necesidades del negocio.

    • También actuarán como mentores y guías con el fin de garantizar un adecuado desempeño y desarrollo profesional de los empleados.

    Expectativas: Motivación y bienestar del equipo.
    •  Comprender las aspiraciones y necesidades de los empleados, alineándolas con la estrategia de la empresa, compete a los mandos.

    • También deben implicarse en la implementación de políticas de bienestar laboral y conciliación que eviten el desgaste y la desmotivación.

    • Los mandos pueden ayudar en el diseño de planes de carrera, y deben agradecer y reconocer el esfuerzo y la contribución de los colaboradores.

    Si aspiramos a una gestión sostenible del talento, con las cinco dimensiones en equilibrio:

    Debemos garantizar que ninguna dimensión se imponga sobre otra, evitando desequilibrios como, por ejemplo, un enfoque excesivo en resultados sin considerar la motivación o el bienestar del equipo.

    Habremos de tomar decisiones estratégicas que favorezcan la sostenibilidad del talento en el tiempo.

    Por último, evaluaremos constantemente el clima organizacional con el fin de, en caso necesario, hacer ajustes para mantener un entorno saludable y productivo.

    Es esencial, en definitiva, abordar la gestión del talento con un modelo estructurado y capacitar a los mandos en su aplicación si queremos ayudarles a obtener los mejores resultados de sus equipos. Los mandos y los directivos son los garantes del equilibrio en la gestión del talento. Su rol es clave para que la empresa no solo obtenga resultados, sino que lo haga manteniendo una cultura sólida, relaciones saludables, un equipo capacitado y un talento motivado.

     

     

     

    Temática: Dirección y Emprendeduría.

    Autor: José Joaquín Bethencourt

    Consultor en gestión de personas e innovación con una trayectoria de más de treinta años en posiciones ejecutivas y directivas de los sectores público y privado. Licenciado en Farmacia con Másters en Dirección de Empresas, Dirección de Proyectos y Dirección de Recursos Humanos.

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