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Mundo VUCA / Mundo BANI, ¿Dónde estamos?
¿Y cuáles son los desafíos de transformación digital o de sostenibilidad o de producción o de agilidad en las empresas en los tiempos que corren? Los nuevos retos a los que se enfrentan las empresas después de todo este periodo de incertidumbre derivado de la pandemia de Covid nos ha hecho reflexionar y plantear nuevas estrategias para poder sobrevivir o bien para emprender. ¿Hacia dónde queremos ir?
Porque el escenario a priori no parece fácil. Superada la crisis sanitaria, llega la crisis energética derivada de la guerra Rusia - Ucrania, la consecuente subida de inflación y de precios y el incremento de los tipo de interés de los últimos meses, etc. Con qué medios contamos las empresas para afrontar lo que va a venir en los próximos meses…
Es difícil vislumbrar el panorama que se presenta para un medio/largo plazo pero desde las empresas somos conscientes que no podemos quedarnos esperando o mirando los acontecimientos próximos. Por ese motivo, tanto las estrategias empresariales como los procesos de emprendimiento deben adaptarse a ese nuevo contexto que expertos ya no llaman VUCA sino BANI (Brittle, Anxious, Nonlinear, e Incomprehensible).
Podemos decir que es necesario definir estrategias a corto plazo por parte de las empresas, porque eso de las estrategias a largo plazo ahora mismo pierden importante en los planteamientos de las empresas ya que la realidad nos impide garantizar la toma de decisiones con información completa y con una evaluación adecuada de los datos viendo los contextos en los que nos desarrollamos.
¿Y cómo de preparadas están las empresas para un mundo BANI? Según los expertos se trata de un entorno que hace referencia a un estado de fragilidad, de ansiedad y a un mundo aún más incomprensible para el conjunto de la sociedad. Antes este panorama ¿Qué hacemos? Aquellos que mejor conocen este planteamiento apuntan que las estrategias deben estar dirigidas hacia el desarrollo de la resiliencia, a reducir la ansiedad con focalización en determinados aspectos, disciplina en las tareas fundamentales y adaptabilidad a los nuevos entornos y mercados.
Partimos de una premisa. En la actualidad, los clientes lo quieren todo ya, la inmediatez y la satisfacción completa de necesidades es prioritaria para las empresas pero ¿están las empresas preparadas para esta nueva relación o nos paraliza el miedo? Lo importante es la capacidad de generar sensación de utilidad para los clientes y no parar, estar en continuos procesos de innovación que provoquen la acción. Partimos de la base que tenemos que ser más empíricos de las empresas y ser capaces de encontrar un punto de flexibilidad necesario para acometer con garantías las transformaciones.
Algunos recomiendan que los objetivos diseñados desde cualquier nivele de estrategia (corporativa, competitiva o funcional) contemplen varios escenarios para aprovechar esa incertidumbre como impulso para la innovación y la definición de diferentes hojas de ruta para las empresas y los emprendedores.
A partir de ahí podemos diseñar lineas de desarrollo fuertes que tratan de contemplar todas las dimensión posibles, que facilitan la adaptabilidad a esos contactos si bien, el liderazgo de estas organizaciones debe de estar claro y sobre todo pensado y centrado en las personas. El objetivo al final, valorando lo pasado en estos años, es entender lo que ha ocurrido desde el punto de vista empresarial y minimizar riesgos a partir de estrategias con bases nuevas y más flexibles.
Evidentemente, la toma de decisiones en este contexto implica riesgos pero siempre hemos dicho que mejor es asumir los mismos, analizarlos y pasar a la acción que esperar a que el tiempo decida o las circunstancias nos impidan reaccionar. Por lo tanto, el cambio está, está para quedarse y las empresas no podemos resistirnos a ello sino aceptar lo que viene con las mejores herramientas e instrumentos posibles y a nuestro alcance.
Creatividad, intuición, innovación, flexibilidad, aprendizaje continuo… son habilidades básicas en el momento actual para las empresas y emprendedores pero también la inteligencia artificial o el bit data para poder tomar decisiones basadas en datos y relaciones de interés. Pero también intuición y tranquilidad en la toma de decisiones y en el diseño de las estrategias por parte de las empresas. Tendremos que ser capaces de cambiar nuestros modelos mentales y construir soluciones resilientes, empezando de forma individual.
Las empresas, por su parte, necesitarán diseñar sistemas fuertes y sólidos. El 2020 nos llevó a probar e intentar nuevas soluciones de forma diaria y provoco un cambio en la forma en la trabajamos, aprendemos, compramos, y jugamos. Eso tiene que tener traslación a empresas que son las que dan cobertura a esas necesidades, demandas y problemas. ¿Estamos preparados para afrontar un mundo BANI?